2 reglas que cambiarán tu vida amorosa para siempre

2 reglas que cambiarán tu vida amorosa para siempre

Solo hay dos reglas en la vida sexual que realmente funcionan. Son buenas tanto para hombres como para mujeres. Y quienes no las conocen están condenados a perder el tiempo y los nervios con las personas equivocadas.

Regla uno: Las relaciones deben ser fáciles.

Deben ser fáciles desde el principio. Desde los primeros minutos. Una persona con la que te sientes como un viejo amigo es más adecuada para ti que alguien a quien necesitas cortejar durante años.

Un chico con el que estás listo para retirarte en el baño de un centro comercial en quince minutos es mejor que aquel al que llevas siete años escribiendo cartas sin respuesta.

Una chica que muestra interés en ti al instante es mejor que una belleza inaccesible que necesita ser llevada a las Bahamas. Lo simple es bueno. Lo complejo es malo.

Este es un axioma. No hace falta demostrarlo. En general, no necesitas demostrar nada en una relación a tu costa.

No necesitas lograr a nadie, adaptarte a nadie ni perseguir a nadie. Una vez que hagas esto, lo harás a diario, y como respuesta solo verás una cara caprichosa e insatisfecha.

Si no funciona de inmediato, no se enciende, no arranca, no lo alargues. Significa que no es tu persona. Las relaciones difíciles solo son buenas para quienes están aburridos y tienen mucho tiempo libre. Para todos los demás, este sufrimiento solo les quita los nervios.

No deberías cargar con las relaciones difíciles. Las relaciones en las que solo bailas al son de alguien son humillantes. Tarde o temprano, se te acabará la paciencia. No te dejes arrastrar por relaciones difíciles.

Regla dos, pero no menos importante: las relaciones deben traer alegría.
Esta afirmación tampoco necesita pruebas. En cuanto la relación deje de ser alegre y empiece a ser desagradable, detén este fenómeno de raíz.

No te acostumbres a las confrontaciones, las lágrimas ni a romper platos. Deja de tener largas conversaciones, reproches y acusaciones mutuas. ¡Esto no es normal! ¡Este es el camino al infierno! En cuanto la alegría abandona la relación, esta se vuelve inútil. Parecería… ¿qué podría ser más sencillo?

Pero mucha gente mastica el heno masticado y remasticado de sus quejas durante años. ¡Se ocupan la cabeza con enfrentamientos innecesarios! ¡No tienes por qué hacer esto!

En cuanto entiendas que tus palabras te quitan la alegría, cierra la boca. Comienza el enfrentamiento: vete. Una persona solo quiere culpar y reprochar; no dejes que te infunda culpa.

¡Vete! Las relaciones son necesarias para la alegría. Todas las demás relaciones «por el bien de los hijos», «porque todos viven así», «por costumbre», «porque sin ellas es aún peor» simplemente se pueden tirar a la basura.

Para mí, solo hay dos reglas principales. ¿Estás de acuerdo con ellas?