A la gente le pareció adecuado poner a dormir a Peabody. Para que no sufra y no sea una carga para sus dueños
El pequeño y lindo Peabody nació de un caballo que lo abandonó casi de inmediato. El pobre bebé nació con muchos problemas: apenas podía caminar, tenía la mandíbula torcida.
Después de que su madre lo abandonara, el caballo más pequeño del mundo encuentra consuelo en perros amigables y en su nuevo hogar.
La gente decidió que sería mejor sacrificar a Peabody. Para que no sufra y sea una carga para sus dueños.
Quizás ese destino le hubiera aguardado al pobre animal si Faith Smith de San Diego no se hubiera enterado del caballo. La mujer de 55 años lleva mucho tiempo criando y entrenando caballos, por lo que los entiende bien.
Al enterarse de que Peabody se enfrentaba a la eutanasia, Faith se apresuró a ayudarlo. La mujer decidió que llevaría el caballo a su casa y la ayudaría a sobrellevar las dificultades. Para este propósito, Faith incluso alquiló una camioneta grande. Para que pudiera transportar el caballo sin ninguna dificultad, y su plan fue un éxito.
Después de que su madre lo abandonara, el caballo más pequeño del mundo encuentra consuelo en perros amigables y en su nuevo hogar.
Pronto Peabody se encontró en la casa de su nuevo dueño. A las seis semanas, el bebé pesa solo 19 libras. Es tan pequeño que puedes llevarlo con seguridad en tus manos y colocarlo sobre tus rodillas como un perro.
Por cierto, Peabody logró hacerse amigo de los perros que viven en la casa de Faith. Al principio, por supuesto, era tímido e incómodo al ver a los bulldogs franceses. Pero los amistosos perros le dieron una calurosa bienvenida. Y pronto toda la compañía esponjosa se llevó bien.
Después de que su madre lo abandonara, el caballo más pequeño del mundo encuentra consuelo en perros amigables y en su nuevo hogar.
En su comportamiento, Peabody incluso se parece un poco a un perro: también corre detrás del dueño, pide comida si está en la cocina, se pone al día con otros perros y se distingue por la devoción.
Según Faith, este es el caballo más pequeño del mundo, pero ningún problema de salud impide que la mascota disfrute de la vida y se divierta en compañía de otros animales. La mujer no sabe hasta qué tamaño crecerá su mascota. Pero según ella, si no crece, que siga siendo un caballo de casa.
Sin embargo, Faith está segura de que está feliz, ¡y eso es lo más importante!