Cuando estaban a punto de irse, el bebé comenzó a quejarse y la tía lo levantó más

Cuando estaban a punto de irse, el bebé comenzó a quejarse y la tía lo levantó más

Luna, una perra pastora australiana de menos de un año, saltó del patio y desapareció de la vista.

Luna se salvó gracias a su estrecha e increíble relación con el miembro más joven de su familia, Bowen, de ocho años.

El llanto de un bebé reúne a una familia de Virginia con su perro pastor australiano desaparecido

La pérdida del perro se registró el sábado por la tarde y se dedicó todo el fin de semana a la búsqueda.

La familia recurrió a Sandra Colston, una experta en mascotas perdidas, en busca de ayuda; Creó un práctico mapa de búsqueda con ubicaciones importantes.

Instalaron una trampa para meter ropa, con la esperanza de que Luna saliera en busca de un olor familiar. Pero nada de eso funcionó.

Los dueños incluso están preocupados de que el perro haya abandonado su tierra natal y pronto lo encuentren en todo el estado.

Además, el perro –de pura raza y muy joven– es una presa ideal para los ladrones de perros. Pero, afortunadamente, la cámara detectó al perro cerca.

El llanto de un bebé reúne a una familia de Virginia con su perro pastor australiano desaparecido

Al poco tiempo, el yerno y la nieta del dueño, Luna, estaban allí. Llamaron a la pastora por su nombre, pero ella huyó aterrorizada.

Luna no solo no respondió a su nombre; Sus amigos caninos en el patio cercano tampoco lograron sacarla de su escondite.

A medida que pasó el fin de semana y llegó el lunes, toda la familia continuó su viaje, con la hermana Myers, su hija de 10 años y el miembro más joven de la familia, Bowen, de seis meses, en la camioneta, mientras que el resto de la familia. caminaron hasta esta zona.

Cuando estaban a punto de irse, el bebé comenzó a quejarse y la tía lo levantó más.

Entonces Bowen gritó. Y entonces ocurrió un milagro. Luna salió con cautela, como para comprobar quién estaba insultando a su novia.

La arrestaron, la encadenaron y la enviaron a casa.

La familia se ha reunido:
Luna ha vuelto a ser una cachorrita juguetona que prefiere que le rasquen detrás de la oreja antes que correr sola por la calle.