Después de que mi esposo falleció hace 3 años, encontré el amor nuevamente. Un día, mi hija me preguntó: “Mami, mi nuevo papá me dijo que te guardara un secreto. ¿Está bien?”
Tres años después de que mi marido, Calvin, falleciera trágicamente en un extraño accidente de trabajo, llegué a creer que, de algún modo, podía aprender a sobrellevar el dolor.
Durante esos largos y solitarios años, me mostré valiente, no solo por mí misma, sino especialmente por mi querida hija de seis años, Mia.
Ella lo era todo para mí, la razón por la que encontraba la fuerza para levantarme cada día, incluso con el profundo vacío que dejaba a su paso.
Me aferré con fuerza a los recuerdos de nuestra familia, que alguna vez fue feliz, mientras trabajaba para forjar un nuevo rumbo para mí.
En medio de mi tristeza, finalmente me permití tener la esperanza de que el amor pudiera florecer una vez más.
La llegada de Ethan a nuestras vidas trajo consigo una cálida sonrisa y una naturaleza gentil que se sentía como un abrazo reconfortante.
Demostró tanta paciencia y amabilidad, y estaba claro que realmente adoraba a Mia. Con el paso del tiempo, comencé a permitir que mi corazón, una vez más protegido, abrazara la idea de un nuevo comienzo.
Tal vez la vida después de Calvin podría llevarnos a una felicidad sorprendente, tal vez incluso a un hogar rebosante de risas una vez más.