Era tarde cuando Jake, de 16 años, entró por la puerta principal.

Era tarde cuando Jake, de 16 años, entró por la puerta principal.

—Jake, ¿de dónde sacaste ese bebé? —preguntó ella, apresurándose.

Jake parecía nervioso pero decidido. “Mamá, lo encontré solo en el parque. No había nadie alrededor y estaba oscureciendo. No sabía qué más hacer, así que lo traje a casa”.

El corazón de Sarah se aceleró al ver al bebé, que parecía tener solo unos meses, envuelto en una manta y parpadeando somnoliento. Tomó su teléfono y llamó de inmediato a la policía para explicar la situación.

En cuestión de minutos, los agentes llegaron a su casa y Jake explicó cómo había encontrado al bebé en un banco cerca del patio de juegos, abrigado pero completamente solo.

Uno de los oficiales, el oficial Daniels, miró a Jake y dijo: “Sé lo que hiciste…”

El corazón de Jake latía con fuerza. Temía que el oficial Daniels pudiera pensar que se había llevado al bebé sin motivo. Pero el oficial Daniels continuó: “…Hiciste lo correcto al llevar al bebé a un lugar seguro”.

Jake exhaló y sintió un gran alivio. Sarah puso una mano sobre el hombro de su hijo, agradecida de que la policía no estuviera sacando conclusiones precipitadas. En cambio, estaban concentrados en ayudar a encontrar a la familia del bebé.