La pareja afirma que el restaurante los penalizó por “mala educación”, pero el dueño del restaurante revela la realidad

La pareja afirma que el restaurante los penalizó por “mala educación”, pero el dueño del restaurante revela la realidad

Imagínese tener una agradable cena en un restaurante después de un día largo y agotador, y un niño hace un berrinche o decide que es perfectamente aceptable correr de mesa en mesa, mientras los padres actúan como si no pasara nada.

Todos hemos pasado por eso, supongo.

Bueno, un conocido restaurante de Georgia, en un lugar pintoresco enclavado en las montañas y encaramado a lo largo del río Toccoa,

el Toccoa Riverside Restaurant, decidió que ya estaba harto de que los padres no hicieran su trabajo para asegurarse de que sus hijos se portaran bien mientras otras personas disfrutaban de su comida, lo que introduce una sobrecarga para los “adultos incompetentes”. La advertencia se agrega en la parte inferior del menú.

No es sorprendente que la mayoría de los padres no estén contentos con esta decisión.

El menú no incluye una cantidad específica, pero según varias reseñas en Google, a los padres se les cobra alrededor de $50.

“El dueño vino a decirme que me estaba agregando $50 a mi factura por el comportamiento de mis hijos. Mis hijos miraron una tableta hasta que llegó la comida, comieron y mi esposa los sacó afuera mientras yo esperaba y pagaba la cuenta. Decepcionado con la experiencia”, escribió una persona.

Si tienes niños, evita absolutamente este lugar a toda costa. Según otro comentario, el dueño armó un gran escándalo, acusando a los padres de ser malos padres y sugiriéndoles que fueran a Burger King y Walmart. En respuesta, el propietario del restaurante Tim Richter explicó que introdujo el recargo hace unos años debido al comportamiento disruptivo durante la pandemia de COVID-19. Destacó la importancia de que los padres asuman responsabilidad por el comportamiento de sus hijos y dijo: «Queremos que los padres sean padres».

La cliente Laura Spillman se sorprendió y dijo: “Es una locura. En realidad ? No creo que debas hacerlo porque los niños son lindos”. Anne Cox, otra cliente, pensó de otra manera: un posible cargo podría ser útil para recordar a los padres sus responsabilidades.

En lo que a mí respecta, parece haber opiniones divergentes sobre la justificación de la sobrecarga. Algunos, como Laura Spillman, lo encuentran irrazonable y resaltan la ternura de los niños. Por otro lado, Anne Cox lo ve como una herramienta potencial para recordar a los padres sus responsabilidades. El debate destaca diversas perspectivas sobre cómo abordar el comportamiento disruptivo en los restaurantes.