Los perros alegran la soledad de las personas que ya no tienen a nadie y son los mismos familiares de dueños concienzudos
Los perros alegran la soledad de las personas que ya no tienen a nadie y son los mismos familiares de dueños concienzudos.
Y, si Dios no quiera que le pase algo al animal, entonces el dueño no escatimará en medios para curarlo y salvarlo.
Esto es lo que le pasó a un anciano que no tenía padres y el perro se convirtió en su único sentido en la vida. Vivieron como mejores amigos durante diez años y de repente, durante un paseo, el animal se desmayó repentinamente.
El pensionado la llevó al veterinario, quien diagnosticó que la perra no podría vivir más de seis meses, sin embargo, una operación compleja podría prolongar su vida, y aun así sería muy difícil encontrar un cirujano que la hiciera.
El hombre decidió no darse por vencido y empezó a buscar un médico y descubrió que vivía muy lejos, en Japón, y la operación le costó hasta 50.000 dólares. El pensionista había acumulado esa suma y, sin dudarlo, la gastó en curar al perro.
Algún tiempo después de la operación, el perro se recuperó completamente y corre alegremente por los patios, ladrando alegremente y moviendo la cola.
El hombre nunca se arrepintió de haber gastado dinero para salvar al animal, porque no tenía a nadie más querido en el mundo.