Mi ex marido entró en mi casa mientras mi hija y yo dormíamos
Divorciarme de mi ex marido fue una de las decisiones más difíciles que he tomado en mi vida, pero al final fue necesaria.
Nuestro matrimonio llevaba años desmoronándose y, a pesar de mis mejores esfuerzos por mantener las cosas en orden, quedó claro que íbamos por caminos diferentes.
Estaba agotada de sentirme como una persona secundaria en mi propia relación. Mi hija y yo merecíamos algo mejor.
Cuando finalmente lo confronté acerca de nuestros problemas, con la esperanza de encontrar una solución, su respuesta fue tan indiferente como siempre.
Se encogió de hombros y dijo: “Tal vez deberíamos divorciarnos entonces”. Ese fue el momento en que supe que no había forma de salvar nuestra relación.
Él no tenía ningún deseo de luchar por nosotros. Entonces, tomé las medidas necesarias para seguir adelante con el divorcio, terminé todo y comencé mi nueva vida con mi hija.
Había esperado que ese fuera el fin de nuestros problemas, pero estaba equivocado.