Mi marido cambió a su familia por su aventura – Tres años después los conocí y sentí satisfacción
Catorce años de matrimonio se fueron al traste cuando mi marido cambió a su familia por su amante, una mujer de bonita apariencia y elegancia natural.
Fue el sonido de sus tacones lo que perturbó mi rutina de preparar la cena. Salí de la cocina y allí estaban. Stan y esa mujer.
Me miró con frialdad y luego se volvió hacia mi marido y le dijo: “Bueno, cariño, tenías razón, se dejó llevar. Pero tiene una bonita estructura ósea”.
En ese momento, mi mundo se hizo añicos.
—Stan, ¿quién es esa mujer que se da el derecho de hablar así de mí en mi propia casa? —exigí saber, sintiéndome como en una montaña rusa de emociones.
—Ya no es tu casa —dijo Stan—. Quiero el divorcio y quiero que te vayas de aquí.
Sonaba tan indiferente, como si todos esos años que pasamos juntos no significaran nada para él.
No tuve más remedio que aceptar la realidad de que mi marido cambió a su familia, a sus propios hijos, por su aventura .
Empaqué mis pertenencias y las de mis hijos y me mudé a un pequeño apartamento.
Al principio, Stan nos enviaba dinero, pero con el tiempo dejó de apoyarnos económicamente y perdió todo contacto con sus hijos. Era como si nunca hubiera existido.
Me costó mucho cuidar de mis hijos, trabajar en dos empleos y tener la casa en orden, pero aprendí que era más fuerte de lo que jamás pensé que podría ser.
Mi resiliencia se convirtió en mi rasgo más fuerte y no estaba dispuesta a decepcionar a mis hijos.
Han pasado tres años desde la noche en que Stan trajo a su amante a casa y exigió el divorcio.