Perro paralítico vuelve a caminar gracias al amor de una nueva familia
Esta historia se compartió originalmente en el desafío Clear the Shelters Adoption Story Challenge en ShelterChallenge.com.
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Carl, el perro paralizado del que nos enamoramos…
Conocimos a Carl cuando SOCA-FBC lo sacó de los Servicios para Animales del Condado de Fort Bend y lo colocó con su primera familia de acogida. Amaban a Carl, a pesar de que estaba paralizado de cintura para abajo y requería cuidados especiales.
Carl caminó por la casa y el jardín usando sus patas delanteras. No dejó que su condición le impidiera ser un perro feliz, jugar con otras mascotas de la familia y buscar mimos. Entonces, un día, Carl milagrosamente se levantó y caminó, aunque muy tambaleante.
SOCA creó una página de Facebook para Carl para ayudarlo a encontrar una familia especial que lo adopte.
SOCA preguntó si asumiríamos el cargo de familia anfitriona de Carl. Habíamos perdido a nuestros tres queridos perros en los últimos años y estábamos pensando en tener otro. Queríamos ayudar a Carl, pero estábamos reacios a comprometernos con la adopción debido a su condición. Aunque estaba aprendiendo a caminar, todavía no tenía control sobre la evacuación intestinal o la micción y usaba pañales todo el tiempo.
Con la ayuda de un veterinario local, la SOCA organizó tratamientos con láser y acupuntura. Lo llevamos a citas dos veces por semana durante unos meses y lo paseábamos dos veces al día. Comenzó a recuperar fuerza en sus patas traseras. Con el tiempo, pudo controlar su evacuación intestinal y su orina y ya no necesitó pañales, y aprendió a correr y buscar objetos saltando sobre sus patas traseras. ¡Le encanta jugar a buscar! A lo largo de este proceso, nos fuimos enamorando de Carl, al igual que nuestros gatos. Nuestra gata duerme con él/le arregla la cara y todos disfrutan jugando a perseguirlo.
Carl cambió nuestras vidas porque descubrimos que no importaba que tuviera necesidades especiales. Era feliz, amable y amigable, gentil e inteligente. Cambió mi vida especialmente porque tenía y todavía tengo un poco de sobrepeso. Desde que me jubilé hace unos años, me despertaba tarde en la mañana, a veces perdiendo la mayor parte del día y sin lograr mucho. Nuestro veterinario insistió en que Carl hiciera ejercicio con regularidad.
Cuando Carl se unió a nuestra familia, debido a sus necesidades especiales, comencé a perder peso. Ahora me levanto entre las 6:30 y las 7:00 todas las mañanas, en parte para asegurarme de que Carl no tenga ningún accidente de evacuación intestinal en casa y también para cumplir con el horario de caminata que tanto le gusta. Caminamos durante una hora y mi día comienza temprano, lo que me permite lograr mucho más que antes. Caminamos antes de cenar por un período más corto.
Estoy más saludable y logro más, todo gracias al compromiso que le hice a Carl cuando lo adoptamos para asegurar que hiciera ejercicio con regularidad y mantuviera sus fuertes patas traseras.