“Un caso que permaneció sin resolver durante 20 años finalmente ha sido resuelto”
“En 1997, a la edad de 18 años, Celeste Nurse se despertó en una sala de maternidad de Ciudad del Cabo y descubrió que su bebé recién nacido había desaparecido. Se había quedado dormida sosteniendo a su bebé contra su pecho. Una mujer que se hizo pasar por enfermera había secuestrado al bebé.
Las Enfermeras continuaron celebrando el cumpleaños de su hija sin ella durante 20 años porque nunca perdieron la esperanza de encontrarla.
Una conexión inesperada en la escuela
En 2015 ocurrió un hecho milagroso. Las enfermeras conocieron una nueva amiga llamada Zephany gracias al segundo hijo de Celeste Nurse.
Zephany tenía un parecido sorprendente con su hija desaparecida e incluso compartía la misma fecha de nacimiento.
La revelación conmocionó tanto a la familia Nurse que contactaron a la policía y solicitaron un análisis de ADN.
El análisis de ADN confirmó que Zephany era su hijo desaparecido hace mucho tiempo.
“El ADN no miente. Los resultados confirmaron lo que sentíamos en nuestro corazón”, afirmó Celeste Nurse.
“Cuando la policía interrogó por primera vez a Miché Solomon (entonces conocida como Zephany Nurse), ella estaba angustiada. Los trabajadores sociales del Retreat Hospital descubrieron que, a pesar de lo que decía su certificado de nacimiento, no había registros que demostraran que ella nació allí.
El mundo de Miché se vino abajo cuando se confirmaron los resultados del ADN.
La mujer que Miché siempre pensó que era su madre, Lavona Solomon, fue arrestada y acusada de secuestro y fraude.
A medida que avanzaba el juicio, Lavona mantuvo su inocencia. Afirmó que Sylvia, una mujer, le dio el bebé, pero nunca hubo pruebas de ello.
Finalmente fue condenada a diez años de prisión por secuestro, fraude y violaciones de la Ley de la Infancia.
“Cuando cayó el martillo, fue como si mi vida se hiciera añicos”, recuerda Miché.
“Los trabajadores sociales acompañaron a Miché a encontrarse con sus padres biológicos en la comisaría. Las enfermeras estaban encantadas, pero Miché no pudo evitar sentirse incómoda.
Su familia cultural se estaba desintegrando, pero su familia biológica, a la que nunca había conocido, estaba lista para intervenir y llenar el vacío.
“Dos familias, ambas reclamándome como propia. Fue un campo de batalla mental y emocional”, dijo Miché.
Luego de que sus padres biológicos se divorciaran y no se sintiera cómoda yendo a vivir con uno de ellos, Miché volvió a vivir con Michael Solomon, a quien considera su padre.