Un cliente me daba 100 dólares de propina todos los domingos. Cuando me enteré de quién era, rompí a llorar
Jess, camarera de un restaurante, está acostumbrada a tener clientes habituales. Pero últimamente ha aparecido uno nuevo: un hombre que le deja una propina de 100 dólares todos los domingos sin falta.
Las cosas se complican cuando Jess publica una foto del hombre en Internet, agradeciéndole su generosidad… pero su mundo cambia por completo en un instante.
Llevo dos años trabajando en Denny’s y, como en cualquier restaurante pequeño, tenemos clientes habituales. Te acostumbras a ellos y se convierten en una parte bienvenida de tu día.
Tengo a la pareja de jubilados que siempre comparte una pila de panqueques de fresa, al grupo de adolescentes que vienen después de sus partidos de fútbol del domingo,
a la madre y al niño pequeño que comen pollo y waffles todos los miércoles, y al chico hipster que pide la misma tortilla todos los jueves.
Pero de todos ellos, hubo un cliente que destacó más que el resto.