Una mujer compró una casa a precio de ganga y luego se dio cuenta de por qué los vecinos le temían
Maya Thompson no podía creer lo afortunada que se sentía. Se encontraba en el porche de su casa recién comprada, admirando las hermosas molduras de madera que decoraban el porche envolvente y los empinados frontones.
La casa era una encantadora casa victoriana que necesitaba reformas, llena de vestigios de quienes habían vivido allí antes, pero estaba construida de manera sólida y era completamente suya.
Maya reconoció el esfuerzo que requeriría, pero vio el potencial y estaba emocionada de convertirla en el hogar de su familia.
Cuando Maya se dio vuelta para ver cómo les iba a los trabajadores de la mudanza, vio a sus nuevos vecinos mirándola desde detrás de los setos bajos que bordeaban su propiedad. Sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y cautela.
“¡Buenos días!”, exclamó Maya alegremente, saludando a la joven pareja que trabajaba en su jardín.
A pesar de sus esfuerzos por comunicarse con ellos, la respuesta de la pareja estuvo llena de incomodidad mientras corrían hacia su auto y se alejaban sin mirar atrás.
