El perro salió corriendo a la carretera y casi fue atropellado por un camión, cuando el conductor salió del auto, se sorprendió al darse cuenta de por qué el perro estaba haciendo esto.

El perro salió corriendo a la carretera y casi fue atropellado por un camión, cuando el conductor salió del auto, se sorprendió al darse cuenta de por qué el perro estaba haciendo esto.

Una mañana cualquiera. El sol apenas comenzaba a asomar por el horizonte, iluminando el camino rural con una suave luz dorada.

El conductor de un camión de larga distancia tenía prisa por entregar la carga a tiempo; le esperaba una larga ruta y el tiempo corría inexorablemente.

El coche zumbaba sin parar, las ruedas se hundían en el asfalto, cuando de repente un perro saltó de entre los arbustos a un lado de la carretera y casi lo arrojó bajo las ruedas del camión.

Peludo, con pelaje blanco y negro, ladraba desesperadamente, como si intentara bloquear el paso. El conductor reaccionó bruscamente:

frenó a fondo, las ruedas chirriaron, pero ya era demasiado tarde: pasó junto al animal y algo oscuro que yacía en medio de la carretera.

“¿Qué demonios?” maldijo el conductor y, tranquilizándose, salió de la cabina.

El perro no huyó. Corrió alrededor del camión y ahora estaba junto al mismo paquete oscuro, sin dejar de ladrar y mirando fijamente al hombre, como si lo llamara.

El conductor se acercó y vio una bolsa de basura negra común y corriente. Las ruedas la rozaron levemente, pero permaneció intacta.

«¿Por eso?» murmuró, sentándose y abriendo con cuidado el borde de la bolsa.

Allí yacía un bebé. Un niño. Muy pequeño, envuelto en una manta fina, moviéndose débilmente y apenas respirando, pero vivo.

El conductor llamó inmediatamente a una ambulancia, cubriendo al niño con su chaqueta. El perro permaneció sentado tranquilamente a su lado, como si su misión hubiera sido cumplida.

Más tarde se supo que la joven había dado a luz a este bebé en secreto y, presa del pánico o la desesperación, decidió deshacerse de él tirándolo como basura al costado del camino.

Pero el destino quiso lo contrario. Gracias a un perro cuyos instintos demostraron ser más fuertes que la crueldad humana, el niño se salvó.

Y durante mucho tiempo el conductor pensó que el perro lo había detenido a tiempo.