Hijastros que transformaron la vida de sus padrastros

Hijastros que transformaron la vida de sus padrastros

Rufus, de 50 años, y su hijastra Hyacinth nunca han sido muy cercanos. Se respetaban mutuamente, pero simplemente no se llevaban bien.

Habían pasado años desde la última vez que Rufus oyó hablar de su hijastra, por lo que la llamada de ese día lo sorprendió.

Hyacinth lo invitó a cenar a un restaurante elegante. Él pensó que finalmente se unirían, porque según él, habían dejado de intentarlo hace años, pero aún tenía esperanzas.

Intentó entablar una conversación, pero Hyacinth estaba tan reservada como siempre, lo que hizo que Rufus se preguntara qué estaba haciendo allí en primer lugar.

De vez en cuando, Hyacinth se levantaba de su asiento, lo que hacía que su padrastro se preguntara a dónde iba.

Toda la noche fue un poco incómoda y Rufus esperaba que terminara lo antes posible, no porque no disfrutara de la compañía de su hijastra, sino porque sentía que ella todavía se abstenía de conectarse con él.

Justo cuando el camarero trajo la cuenta, Hyacinth se disculpó y fue al baño. Habían pedido langosta y filete, que ella había elegido. Rufus esperó un par de minutos, pero como ella no regresó, pagó la escandalosa cuenta.